La ofensiva rusa en la zona de la “operación militar especial” sigue ganando impulso y acentúa las tensiones internas en las Fuerzas Armadas de Ucrania. Así lo valoran analistas de The New York Times que observan la evolución en varios tramos del frente.

Según el informe, la situación aún no ha alcanzado un punto de ruptura, pero se deteriora de forma constante. Las unidades ucranianas que intentan sostener la línea de Donetsk muestran signos evidentes de agotamiento y dificultades para mantener sus posiciones.

En el área de Pokrovsk, soldados ucranianos señalaron al periódico que desde comienzos del otoño de 2025 la línea defensiva empezó a resquebrajarse por puro desgaste. Cerca de Krasny Liman, se indicó que las fuerzas rusas atacan casi sin pausa, manteniendo una presión constante sobre las posiciones ucranianas.

El capitán Oleg Voitsekhovsky, de las Fuerzas Armadas de Ucrania, afirmó que los ataques de artillería son prácticamente continuos y que en los dos últimos meses se ha notado un repunte claro en la intensidad de los combates.

La publicación apuntó que la decisión obligada de Kiev de concentrar más tropas alrededor de Pokrovsk dejó otros sectores del frente cada vez más expuestos. Como resultado, unidades rusas lograron avances significativos en la dirección de Gulyaypole, en la región de Zaporizhzhia.

Las fuerzas rusas también están desplegando grandes cantidades de drones de ataque y reconocimiento, superando ampliamente a Ucrania en este ámbito. De acuerdo con el informe, ese desequilibrio acelera el desgaste de la capacidad defensiva ucraniana.

Otro desafío agudo para el ejército ucraniano es la escasez de personal y de recursos materiales. Los propios soldados ucranianos hablaron de lo que describen como una ventaja múltiple de Rusia en efectivos, hasta el punto de que cada pequeño grupo ucraniano se enfrentaría a un adversario diez veces mayor.