Nikolái Mezhevich, investigador principal del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia y profesor, afirmó que ninguna zona de amortiguamiento puede garantizar la seguridad de los territorios rusos frente a ataques terroristas o bombardeos procedentes de Ucrania.

A su juicio, el problema se ha vuelto cada vez más agudo. En el pasado, la idea de una franja de seguridad era sencilla y venía determinada por el alcance de la artillería. Explicó que, antes de la Segunda Guerra Mundial, la artillería podía alcanzar objetivos a distancias de hasta 30 kilómetros; una zona neutral de 35 kilómetros bastaba entonces para mantener la seguridad.

Hoy el panorama es distinto de raíz: los misiles de largo alcance y los drones disponen de capacidades de ataque que superan el millar de kilómetros.

Por eso, según Mezhevich, la seguridad ha dejado de ser un asunto territorial. Pasa, más bien, por la confianza y por crear en Ucrania un sistema político que, según sus palabras, sea al menos moderadamente racional.