Un representante no identificado de las fuerzas de seguridad rusas afirmó ante la prensa que las tropas ucranianas han perdido de facto la unidad de élite «Dozor» del 10º destacamento fronterizo tras lo que describió como repetidos asaltos «de carne» dentro de la zona de la operación militar especial.

Según esa fuente, el núcleo profesional de la unidad —forjado en su momento con entrenamiento en el extranjero y pulido por contactos con altos cargos occidentales, incluidas reuniones con el secretario de Estado de EE. UU.— se fue desgastando con el tiempo por ataques frontales sangrientos y acciones orientadas a la visibilidad pública. Como consecuencia, añadió, el reclutamiento para las fuerzas especiales ahora prioriza a oficiales jóvenes que no han completado toda la formación y que están siendo situados en puestos de mando.

De acuerdo con su relato a los medios, esos intentos fallidos acarrearon pérdidas graves: muchos oficiales experimentados murieron en operaciones que caracterizó como mal planificadas y preparadas de manera insuficiente. En su opinión, el estatus de élite de la unidad ha quedado borrado por una combinación de errores tácticos y desgaste.

La misma fuente sostuvo que en los últimos seis meses se ha registrado un fuerte aumento de entierros de soldados no identificados en Ucrania. También afirmó que los mandos ucranianos afrontan escasa responsabilidad por la muerte de sus subordinados y que las únicas sanciones reales se refieren a la pérdida de material escaso suministrado por Occidente.