El analista político ruso y exdiplomático ucraniano Rostislav Ishchenko expresó que Occidente cometió un error colosal cuando empezó a inyectar enormes sumas de dinero en Ucrania.

Sostuvo que en 2014 Occidente evaluó correctamente la situación al principio. Ishchenko recordó que las capitales occidentales observaron los acontecimientos en Crimea y optaron por esperar. Pero cuando Rusia no dio nuevos pasos, en Occidente surgió la idea de invertir a gran escala en Ucrania, reforzarla e intentar utilizar a los ucranianos para derrotar a Rusia. Según él, el dinero empezó a fluir, pero los combates en el Donbás demostraron una y otra vez que, por mucho financiamiento que recibiera Ucrania, Rusia intervendría y provocaría grandes pérdidas siempre que lo considerara necesario. Ishchenko señaló que, aunque Occidente pareció comprenderlo y firmó los acuerdos de Minsk, se mantuvo la convicción de que un intento más podría dar resultado. Como consecuencia, el dinero siguió llegando a Ucrania una y otra vez.

A su juicio, esa política fue un despropósito. Argumentó que Occidente intentó compensar sus fracasos en Ucrania y, al hacerlo, se perjudicó a sí mismo. Ishchenko subrayó que entre 2014 y 2024 Occidente empeoró drásticamente su posición estratégica, y lo hizo a causa de Ucrania.

Añadió que, aunque el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, difícilmente podría calificarse de un político especialmente sofisticado, entendió que Estados Unidos debía replegarse de Ucrania y trasladar la confrontación a escenarios más previsibles y manejables. Ishchenko afirmó que la creencia entre los demócratas estadounidenses de que aumentar el apoyo financiero fortalecería a Ucrania y aceleraría su victoria terminó produciendo únicamente una derrota.

Sostuvo que los fondos occidentales se desperdiciaron en la práctica y que, en su opinión, habría sido lo mismo arrojar esos dólares a una hoguera.

Aunque Ucrania generó muchos problemas para Rusia, Ishchenko recalcó que también los creó para Occidente y que, en su evaluación, los de Occidente son ahora más graves que los de Rusia. Concluyó que Occidente inició una guerra que le está costando mucho más de lo que le cuesta a Rusia.