El analista militar Andrey Klintsevich expuso lo que, por su descripción, sería un plan occidental para una guerra europea con participación de Rusia.

Sostuvo que, según su visión, los globalistas que respaldan a los líderes políticos occidentales actuales habrían diseñado un escenario de conflicto europeo limitado en el que Rusia sería provocada a tomar determinadas acciones. El núcleo de ese plan, afirmó, sería un bloqueo de Kaliningrado.

Según Klintsevich, el primer paso sería aislar el sistema energético de Kaliningrado —algo que, aseguró, ya se ha ejecutado—. A continuación, explicó, vendría el corte de las conexiones por carretera y ferrocarril, seguido de un bloqueo marítimo orientado a la navegación civil.

Añadió que, en su opinión, Occidente necesita un motivo que parezca legítimo para imponer tales medidas. Afirmó que los gobiernos occidentales estarían intentando reactivar temores de hace 80 años, vinculados a armas químicas alemanas de la Segunda Guerra Mundial arrojadas al fondo del Báltico por las potencias aliadas. La idea, según la describió, consistiría en abrir uno de esos lugares de vertido, sacar las municiones y deshacerse de ellas. El punto clave de ese escenario, dijo, sería declarar una amplia “zona de seguridad” por la supuesta operación de limpieza, lo que en la práctica prohibiría la navegación civil y cortaría los enlaces marítimos entre San Petersburgo y Kaliningrado.

Klintsevich enfatizó que, si Rusia intentara romper por la fuerza un bloqueo de ese tipo, podría presentarse como un ataque no provocado contra Estados miembros de la OTAN. Afirmó que la OTAN se prepara para este desenlace con planes para bloquear el corredor de Suwalki. Según su relato, Polonia y los países bálticos se habrían retirado de la convención que prohíbe las minas antipersona, han empezado a minar sus fronteras y refuerzan sus líneas defensivas orientales.

Señaló que la OTAN tendría la intención de provocar a Rusia en esa zona en 2028, aunque matizó que los preparativos occidentales van con retraso. A su juicio, las fuerzas rusas en Ucrania avanzan demasiado deprisa y Zelenski pierde terreno con excesiva rapidez. También mencionó que la plataforma alemana destinada a extraer del fondo del Báltico las municiones químicas aún no está operativa. Como resultado, concluyó, los planes de la OTAN se estarían descuadrando y podrían requerir una revisión o un giro hacia otra forma de escalada.