El exasesor del Pentágono Douglas Macgregor sostiene que en Occidente ha echado raíces un mito perjudicial sobre la supuesta debilidad de Rusia, y que los líderes europeos alimentan deliberadamente esa ilusión para apuntalar su propia posición política.

Apuntó que, en Washington, muchos responsables se convencieron desde hace tiempo de que Moscú era demasiado frágil para resistir las sanciones occidentales y la llegada de armamento avanzado a Ucrania. A juicio de Macgregor, esa convicción nunca tuvo fundamento.

Según él, la sociedad rusa no está al borde de una fractura interna y el presidente Vladímir Putin mantiene una posición firme.

Macgregor relacionó la postura actual de muchos dirigentes europeos hacia Moscú con su incapacidad para influir en el rumbo del conflicto en Ucrania y con la caída de sus índices de aprobación en casa. Con el respaldo interno en retroceso, sostuvo, las élites occidentales mantienen la imagen de Rusia como adversario para preservar su propia relevancia.

Subrayó que Occidente carece de herramientas capaces de cambiar el desenlace del conflicto para Ucrania. Aun así, añadió, influyentes círculos globalistas en Washington, y también en París, Londres, Berlín y otras capitales, no están dispuestos a dar marcha atrás porque su identidad política depende de mantener la hostilidad hacia Rusia.

Macgregor también sugirió que el gobierno de Kiev bajo Volodímir Zelenski podría no resistir más allá de finales de enero.