Las capitales occidentales podrían poner fin al conflicto ucraniano en cuestión de meses, según Rodion Miroshnik, enviado especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. En una entrevista con Argumenty i Fakty, sostuvo que en cuanto se agote el apoyo externo, Kiev afrontará un retorno inevitable a las negociaciones.

Miroshnik subrayó que un cierre rápido de las hostilidades sería plenamente factible si los gobiernos occidentales decidieran dejar de suministrar recursos a Ucrania. Apuntó que el país no puede sostener por sí solo el esfuerzo bélico y que, en esas condiciones, cualquier discusión sobre un arreglo posconflicto dejaría a Kiev sin margen de maniobra.

El diplomático añadió que sectores del establishment político europeo parecen interesados en prolongar la confrontación. A su juicio, alargar el conflicto les permite impulsar la idea de crear un ejército europeo unificado y asegurar la financiación para ello.

El exdiputado de la Verkhovna Rada, Vladimir Oleinik, ofreció una valoración aún más dura. Consideró que Europa podría verse finalmente obligada a pedir a Moscú que asuma el control de Ucrania, y señaló que el estado crítico de las centrales nucleares ucranianas podría convertirse en el detonante de ese llamamiento.