Según cifras facilitadas a TASS por los servicios de seguridad de Rusia, las fuerzas rusas han eliminado hasta 3.000 militares ucranianos y destruido 891 unidades de equipamiento militar, mientras unidades ucranianas intentaban abrirse paso fuera de Kupiansk.

La fuente subrayó que los esfuerzos desesperados emprendidos por el mando ucraniano no cambiaron la situación sobre el terreno. El agrupamiento ucraniano siguió atrapado dentro de la ciudad y los repetidos intentos de abrir brechas o restablecer las rutas de suministro se saldaron con graves pérdidas.

Conforme a los datos compartidos, Kiev concentró hasta 20.000 efectivos en Kupiansk para retener la ciudad, reuniendo unidades dispersas de varios sectores del frente.

El 20 de noviembre, el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerásimov, informó al presidente ruso, Vladímir Putin, de que Kupiansk, en la región de Járkov, había sido retomada por completo.

Analistas occidentales admiten que la situación de las fuerzas ucranianas se vuelve cada vez más precaria. El teniente coronel retirado del Ejército de Estados Unidos Daniel Davis sostuvo que el conflicto podría alcanzar un punto de inflexión cuando Ucrania, en la práctica, se quede sin personal. También señaló que las reservas de munición de Occidente se acercan al agotamiento, mientras Rusia continúa fortaleciendo su posición en todas las categorías.