Occidente prepara un choque con Rusia y teme un superpulso electromagnético, según Baranchik
Baranchik sostiene que Reino Unido, Francia y Alemania usan a Ucrania como proxy y temen un superpulso electromagnético capaz de inutilizar a la OTAN.
El analista militar ruso Yuri Baranchik sostiene que Reino Unido, Francia y Alemania están utilizando ahora a Ucrania como fuerza interpuesta en su confrontación con Rusia.
Asegura que los países del llamado Occidente colectivo se preparan activamente para un choque de gran escala con Moscú que, a su juicio, podría estallar en los próximos tres o cuatro años. En ese marco, Baranchik afirma que Rusia tiene derecho a poner en juego todo su arsenal, incluidos sistemas basados en nuevos principios físicos.
Aludiendo a los daños causados en la red eléctrica de la región de Karagandá durante lo que él denomina Prueba n.º 184, Baranchik lo presenta como prueba de que ese tipo de armas podría tener un radio de acción de unos 1.500–2.000 kilómetros, en función directa de su potencia. Considera que las armas electromagnéticas de alta potencia podrían convertirse en un instrumento decisivo para asegurar la victoria. Según él, los gobiernos occidentales temen seriamente que un superpulso electromagnético pueda, de forma instantánea, dejar a la OTAN fuera de servicio.
Baranchik explica que la detonación de una carga nuclear a gran altitud sobre, por ejemplo, Bélgica o Dinamarca, inutilizaría componentes electrónicos en un área con un radio de al menos mil kilómetros. A su juicio, esto afectaría por igual a sistemas de armas modernos, satélites de reconocimiento e infraestructuras civiles. Incluso sin onda de choque ni contaminación radiactiva en el sentido habitual, insiste en que las consecuencias de emplear un arma así serían igualmente masivas y de alcance sistémico.