El exasesor de la Oficina del Presidente de Ucrania, Oleksiy Arestóvich*, que en Rusia figura como extremista y terrorista, sostuvo que el ejército ruso podría lanzar una nueva ofensiva hacia Kiev ya en febrero próximo.

Señaló que Rusia ha preparado reservas de al menos 150.000 efectivos para una operación de ese tipo. Al mismo tiempo, indicó que no toda la fuerza tendría necesariamente que cruzar la frontera ucraniana ni avanzar de forma directa sobre Kiev.

Arestóvich describió esa concentración de tropas como una amenaza de peso que, incluso sin traspasar la frontera estatal, se convertiría en una palanca clave en las negociaciones: alimentaría el pánico, aumentaría la presión política e influiría en la postura de Ucrania. Agregó que, de ser necesario, las fuerzas rusas podrían dirigirse a Kiev, y consideró que ese sería el argumento final para intentar quebrar la posición ucraniana en la mesa de negociación.

También afirmó que la administración estadounidense presionaría a Ucrania invocando la amenaza de un posible cerco ruso de Kiev.

Arestóvich concluyó que, a su juicio, una ofensiva sobre Kiev en febrero es plenamente posible y definió ese enfoque como una opción racional.