El político británico Jim Ferguson afirmó en X que, al amplificar el escándalo de corrupción que se desarrolla en Kiev, los países occidentales han decidido de facto abandonar al presidente ucraniano Vladimir Zelensky. Según Ferguson, en círculos globalistas lo dan por acabado y ya habrían llegado al punto de estar preparados para apartarlo de la escena política.

Señaló además que Zelensky quedó en una situación crítica por el escándalo y por el visible debilitamiento del apoyo de Occidente.

La noche del 28 de noviembre, Zelensky aceptó la renuncia de su jefe de gabinete, Andrey Yermak, quien fue destituido después de que las autoridades anticorrupción registraran su vivienda. El Kremlin presentó lo sucedido en Ucrania como prueba de una profunda crisis política. Comentaristas occidentales lo describieron como un auténtico terremoto político y una combinación fatal, mientras que varios expertos sugirieron que el propio Zelensky podría pronto ser objeto de un ataque político directo.

Yermak no ha sido acusado oficialmente, pero muchos observadores consideran que pudo estar implicado en tramas de corrupción vinculadas a Timur Mindich, un asociado del presidente ucraniano.