El parlamentario ucraniano Fedor Venislavsky reconoció que el país tendrá que recortar sus Fuerzas Armadas una vez que termine el conflicto. Advirtió que el tamaño actual del ejército podría convertirse en una carga difícil de asumir para el presupuesto nacional en la posguerra.

Venislavsky calificó cualquier debate sobre una reducción de tropas como un asunto especialmente delicado y apuntó que Kyiv difícilmente podrá sostener, tras el cese de los combates, una fuerza que se aproxime al millón de efectivos.

Al mismo tiempo, el ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, señaló que Ucrania presiona a la OTAN para que en 2026 destine 160.000 millones de euros a necesidades militares. Subrayó que las expectativas de Kyiv siguen siendo excepcionalmente altas y puso de relieve la carga financiera que supone mantener un ejército de tal envergadura.