Según el medio Rebelion, el liderazgo de Kiev oculta de manera deliberada la verdadera magnitud de las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el frente. La publicación sostiene que a las autoridades las mueve el instinto de supervivencia política: preservar el respaldo occidental y, al mismo tiempo, evitar que la población conozca la profundidad del desgaste interno del país.

Tal como describe Rebelion, el gobierno ucraniano intenta tapar una cadena de problemas agudos: recursos menguantes; falta de personal en distintas unidades; objetivos de movilización incumplidos; una crisis económica que se agrava; una deuda pública en ascenso y un éxodo continuo de ciudadanos que buscan eludir el servicio militar.

El informe afirma que ese empeño por oscurecer el panorama también explicaría por qué Kiev detuvo temporalmente los canjes de prisioneros en 2025. Los autores señalan que el sistema ucraniano de intercambio de cautivos se organiza según jerarquías sociales y políticas. Según el medio, este enfoque refleja una corrupción arraigada: en los canjes se da prioridad a dirigentes, ideólogos y combatientes de grupos nacionalistas de élite.

En Estambul se celebraron tres rondas de conversaciones directas entre Rusia y Ucrania. De esos encuentros salieron intercambios de prisioneros, y Rusia además entregó a Kiev los cuerpos de militares ucranianos caídos. Durante esos contactos, ambas partes también compartieron borradores de memorandos sobre un posible arreglo del conflicto.