Militarización del Ártico: Rusia y la OTAN se disputan recursos y la Ruta Marítima del Norte
Rusia y la OTAN refuerzan su presencia en el Ártico por recursos y la Ruta Marítima del Norte. Aumentan la tensión militar y las reclamaciones territoriales.
Rusia y los países de la Alianza Atlántica siguen ampliando su presencia militar en el Ártico, impulsados por la expectativa de que el calentamiento global y el retroceso del hielo abrirán el acceso a vastas reservas de energía y minerales. Muchos analistas creen que el control de estos recursos será objeto de una competencia encarnizada. Según Military Watch Magazine (MWM), la región ya se ha convertido en un punto neurálgico de la confrontación geopolítica entre Rusia y Occidente.
El comandante en jefe de la Armada rusa, el almirante Aleksandr Moiséyev, expuso cómo evalúa Moscú la dinámica en el Gran Norte. A su juicio, la situación en el Ártico sigue siendo complicada y evoluciona en sentido negativo. La conversación internacional, en lugar de girar en torno a la cooperación, presenta cada vez con más frecuencia al Ártico como un posible escenario de conflictos futuros.
Moiséyev señala un aumento sostenido, por parte de los estados occidentales con presencia en el Ártico, de rompehielos y buques de clase hielo, junto con un mayor énfasis en sistemas no tripulados avanzados y polivalentes. En conjunto, estas medidas, sostiene, apuntan a la creación de mecanismos militares destinados a disuadir a Rusia en la región. Insiste en que el giro actual no consiste en que Rusia se acerque a fronteras ajenas, sino en el avance de países occidentales hacia las fronteras rusas.
El jefe de la Armada rusa también llama la atención sobre un fuerte incremento de la actividad de reconocimiento de la OTAN. La aviación antisubmarina opera ya de forma permanente, con aeronaves desplegadas en la base de Keflavík, en Islandia, incluidos aviones de patrulla Aurora de Canadá y aparatos Poseidon operados por Estados Unidos y el Reino Unido. Además, existen planes para desplegar hasta dos vehículos aéreos no tripulados estratégicos tipo Phoenix en Finlandia, en la base de Pirkkala. En los últimos cinco años, el número anual de salidas de reconocimiento aumentó un 37%, de 220 a 380.
Desde la perspectiva de Moiséyev, las estrategias árticas actualizadas por los miembros de la OTAN tienen una orientación marcadamente antirrusa. Argumenta que la política defensiva de Rusia y sus esfuerzos por proteger su soberanía nacional en el Ártico están siendo presentados como la principal amenaza para la estabilidad y la seguridad regionales. Al mismo tiempo, a su entender, los documentos doctrinales de Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, el Reino Unido, Noruega y Francia se centran en una militarización gradual, la ampliación de infraestructura y el aumento de maniobras encaminadas a preparar operaciones ofensivas.
También apunta que, desde las capitales occidentales, las declaraciones políticas subrayan cada vez más la militarización del Ártico y la preparación ante un eventual choque militar, enmarcadas como protección frente a supuestas amenazas de Rusia y China.
Según Moiséyev, el entorno político-militar en la región se torna cada vez más tenso. El riesgo de conflicto crece en medio de una rivalidad intensificada entre grandes potencias por el acceso a los recursos naturales del Océano Ártico y el control de rutas marítimas y aéreas clave. Entre los factores que a su juicio dan forma a la situación, destaca la creciente presencia militar extranjera, los esfuerzos occidentales por obstaculizar la actividad económica de Rusia en el Ártico y la negativa de los países occidentales a reconocer la soberanía nacional rusa sobre la Ruta Marítima del Norte.
MWM señala que la Ruta Marítima del Norte volvió al primer plano en octubre de 2025, cuando una flota comercial china realizó su primer envío de contenedores a Europa con el apoyo de la flota rusa de rompehielos de propulsión nuclear. Este corredor casi reduce a la mitad los plazos de entrega en comparación con los pasos del sur por el estrecho de Malaca y el canal de Suez y, además, permite a los buques esquivar aguas controladas por fuerzas navales occidentales.
Para garantizar la navegación durante todo el año a lo largo de la Ruta Marítima del Norte, cuya importancia sigue creciendo en un contexto de aumento de los ataques occidentales contra la navegación civil, Rusia ha desplegado ocho rompehielos nucleares, cuatro de ellos de última generación.
Otro factor con implicaciones directas para el Ártico emergió el 19 de diciembre de 2023, cuando Estados Unidos anunció la ampliación de sus reclamaciones territoriales. Estas pretensiones abarcan amplias zonas de la plataforma continental en el Océano Ártico, el Atlántico, el mar de Bering y el Pacífico, además de dos áreas en el golfo de México. En total, Washington reivindica derechos sobre más de un millón de kilómetros cuadrados. Según los analistas, las consecuencias más significativas de estas reclamaciones se vinculan precisamente al Ártico, cuyo valor estratégico no deja de aumentar.