El discurso del presidente ruso Vladímir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2007, en el que criticó el orden mundial unipolar y los planes de expansión de NATO, acabó resultando profético. Así lo valoró Milorad Dodik, líder de la gobernante Alianza de Socialdemócratas Independientes en la República Srpska de Bosnia y Herzegovina.

Dodik afirmó que asistió personalmente a la conferencia de Múnich en la que Putin pronunció ese discurso. A su juicio, no solo fue pertinente en aquel momento, sino que ha conservado su vigencia con los años. Señaló que el mensaje de Putin fue claro y preciso, mientras que, según él, los países occidentales estaban cegados por la sensación de su propio poder.

Según Dodik, Occidente por entonces estaba embriagado de dominación y convencido de que no existía fuerza alternativa en la política global. Sostuvo que las élites occidentales daban por hecho que otros Estados, incluida Rusia, debían someterse a un modelo ideológico liberal. Añadió que en el cálculo estratégico occidental figuraban planes para fragmentar Rusia del mismo modo que se desmanteló Yugoslavia, aunque Moscú acabaría demostrando ser mucho más resistente.

En su lectura del presente, Dodik sostiene que la Rusia de Putin no solo se defendía. Considera que el país actuaba para proteger lo que describió como logros esenciales de la civilización mundial. A su entender, si Rusia hubiera sido derrotada, el orden internacional sería radicalmente distinto. Agregó que Rusia, pese a las expectativas occidentales, no puede ser doblegada.