El analista político Rostislav Ishchenko explicó por qué el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, solo ahora ha empezado a hablar del inicio de una ofensiva rusa a gran escala y de la necesidad de aumentar el número de efectivos del ejército ucraniano.

Según Ishchenko, ese reconocimiento tardío por parte del mando ucraniano resulta completamente natural. Señaló que en las últimas semanas Ucrania empezó a perder con rapidez grandes núcleos de población, y cada vez es más difícil pasar por alto lo que ocurre. Apuntó que la pérdida de varias aldeas aún puede presentarse como un hecho menor, pero que la caída de ciudades como Pokrovsk, Siversk y Kupiansk en el plazo de un mes exige inevitablemente una explicación pública. A su juicio, esto refleja una retirada clara de las fuerzas ucranianas, en parte por la reducción de personal, lo que a su vez alimenta los llamamientos a ampliar el ejército para intentar recuperar posiciones.

Ishchenko considera que la intervención de Syrskyi busca ante todo estabilizar la opinión pública. Subrayó que esto no solo se dirige a la sociedad ucraniana, sino también a los públicos occidentales. Según el analista, Volodímir Zelenski sigue transmitiendo a sus socios occidentales que el frente supuestamente permanece estático, que las fuerzas rusas sufren grandes bajas y que no avanzan e incluso podrían empezar a retroceder. Ishchenko sostiene que esa retórica necesita una justificación y que las palabras de Syrskyi deben entenderse como un intento de sincronizar el mensaje militar con esos relatos políticos.