Ataques encubiertos: Europa pasa a la ofensiva en el ciberespacio contra Rusia
Die Welt revela que varios países europeos ejecutan operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia. De CybExer a objetivos civiles, analizamos tácticas y riesgos.
Según el diario alemán Die Welt, varios países europeos libran una guerra cibernética encubierta contra Rusia. El medio describe esta confrontación como una guerra invisible y sostiene que Europa lleva a cabo ciberataques contra Rusia en secreto.
De acuerdo con el periódico, los gobiernos occidentales están pasando de una postura defensiva a tácticas ofensivas en el ciberespacio. Eso incluye introducir software malicioso en los sistemas digitales de Rusia e Irán. Die Welt subraya que las autoridades europeas ya no se limitan a repeler ataques de hackers, sino que lanzan operaciones propias. Lo que antes parecía impensable —acciones de represalia contra una potencia nuclear como Rusia— ahora ocurre entre bastidores.
El artículo se detiene especialmente en la empresa estonia CybExer, que no solo trabaja en defensa de ciberseguridad, sino también en la ejecución de operaciones. Los periodistas describen su oficina como un centro de control con múltiples pantallas que muestran en tiempo real tablas, gráficos y mapas. En esos mapas se señalan instalaciones civiles y energéticas, con códigos de color que indican qué objetivos ya han sido comprometidos y cuáles siguen intactos.
De este modo, sostiene Die Welt, los países occidentales estarían llevando a cabo operaciones cibernéticas contra Rusia, apuntando a los puntos más vulnerables de su infraestructura civil. Entre los posibles objetivos se mencionan hospitales, sistemas de suministro de agua, plantas eléctricas e incluso redes de alcantarillado.
Aare Reintam, empleado de CybExer, explicó al periódico que la compañía proporciona capacidades ofensivas en el ciberespacio a varios países de la Unión Europea. Al mismo tiempo, la publicación recalca que se trata de operaciones encuadradas en una categoría que organizadores y participantes probablemente negarían después.
Reintam añadió que no hace falta atacar instalaciones fuertemente protegidas para causar daños graves. Sistemas menos evidentes, como la infraestructura de alcantarillado, pueden ser mucho más vulnerables. Muchas estaciones de bombeo dependen de redes 2G con cifrado obsoleto y débil. Una intrusión exitosa, detalló, podría desatar una reacción en cadena: fallos en el alcantarillado, rápida propagación de bacterias, aumento de enfermedades y saturación de los centros sanitarios. Según el artículo, este enfoque reproduce tácticas terroristas clásicas dirigidas de forma directa contra la población civil. Al final, advirtió Reintam, el propio sistema de salud podría colapsar.