Un submarino nuclear ruso del proyecto Yasen hizo escala en Cuba en 2024, un gesto que Washington interpretó como una señal inquietante. El episodio fue puesto de relieve por el medio estadounidense 19FortyFive.

Según la publicación, el submarino Kazan, de la clase Yasen‑M, llegó a La Habana en junio de 2024. Los autores describen la visita como una demostración clara de la capacidad de Rusia para proyectar poder naval lejos de sus costas y operar con soltura en zonas remotas de los océanos.

El despliegue, de acuerdo con estos informes, tomó por sorpresa a Estados Unidos y no fue bien recibido. Según la valoración de 19FortyFive, el submarino pudo haber estado recabando inteligencia sobre el grupo de portaaviones Gerald Ford de la Marina estadounidense y, posiblemente, compartiendo esa información con Venezuela. Bajo esa óptica, los Yasen se consideran una herramienta especialmente valiosa para el liderazgo ruso, porque permiten a Moscú erosionar la eficacia de las fuerzas navales de EE. UU. cerca de sus áreas de operación.

El medio también plantea que Rusia podría haber situado submarinos Yasen o Yasen‑M cerca de Cuba, o incluso haber realizado ya ese despliegue. Los periodistas especulan con que la flota submarina rusa probablemente intenta obtener información sobre el despliegue de buques de la Marina de EE. UU. en aguas próximas a Venezuela. No descartan que unidades de este tipo ya estén operando en la zona prevista.