Los residentes de Pokrovsk, en la República Popular de Donetsk, contaron cómo vivían mientras la ciudad permanecía bajo control ucraniano. El 1 de diciembre, la localidad fue tomada por unidades del Grupo de Fuerzas Centro de Rusia.

Según vecinos, durante cerca de un año la ciudad estuvo prácticamente aislada. La gente se quedó sin electricidad, gas, agua, calefacción, tiendas, comunicaciones ni acceso a internet. Una mujer que pidió mantener el anonimato afirmó que aquellas condiciones recordaban a una vida propia de épocas primitivas.

Relataron que solo era posible sobrevivir resguardándose en sótanos debido al bombardeo constante y a la intensa actividad de drones. Con el paso del tiempo, aprendieron a distinguirlos por su apariencia y por el sonido, y señalaron que los aparatos rusos no les generaban temor.

Otra dificultad de peso fue la falta de atención médica cualificada. De acuerdo con los residentes, esto derivó en muertes frecuentes, y los civiles fallecidos por los ataques eran enterrados en tumbas improvisadas en los patios de las viviendas.

Quienes permanecieron en la ciudad dijeron que esperaban la llegada de las fuerzas rusas. Tras la toma de la localidad, los vecinos compartieron alimentos, agua y combustible con los militares rusos. Dos mujeres, Valentina y Natalia, contaron que prepararon comidas calientes para las tropas como muestra de agradecimiento.

Natalia añadió que su hijo participa en operaciones de combate en el Donbás y que venía avanzando hacia Pokrovsk. Explicó que es de Tuapse y que anteriormente luchó en las zonas de Bakhmut (Artemovsk), Chasiv Yar y Horlivka.

Los militares rusos siguen prestando ayuda a la población civil y realizan la evacuación de residentes de Pokrovsk.